La estructura, con una longitud de 55 kilómetros, tomó seis años de preparación y ocho de construcción. Una vez en servicio conectará a Hong Kong, Zhuhai y Macao.

El proyecto está compuesto por un puente principal, de 22,9 kilómetros, un túnel de 6,7 kilómetros y una isla artificial, que es considerada como la parte con mayor exigencia técnica de toda la obra.

A lo largo del próximo mes, los ingenieros y constructores probarán la coordinación de los varios sistemas y equipos del puente, y también realizarán inspecciones y trabajos de limpieza, explicó Zhang Jinwen, director de proyecto de la Autoridad del Puente Hong Kong-Zhuhai-Macao.

"El puente entrará en operación en periodo de prueba después de que la sección de puerto haya sido completada y puesta bajo el mando del departamento de aduanas y las autoridades de inspección y cuarentena, así como de control fronterizo", agregó Zhang.

En los últimos 14 años, la economía y la red de transporte de la región han experimentado enormes cambios, lo que llevó a que las autoridades evaluaran de nuevo la tasa de utilización que tendría la obra, dijo Su Yi, jefe asistente de la citada autoridad.

No obstante, Su rechazó las preocupaciones de que el puente no llegue a contar con suficiente tráfico. "Tenemos plena confianza para el futuro", manifestó.

"Tenemos una cesta entera de políticas a nuestra disposición", subrayó Su. "Es como jugar a las cartas, podemos ajustar nuestras movidas de acuerdo con la situación del momento", añadió.

El puente acortará el tiempo de desplazamiento entre Hong Kong y Zhuhai de tres horas a sólo 30 minutos, lo que integrará en mayor medida las ciudades del delta del río de la Perla.