La posibilidad de que una hidroeléctrica perjudique un sitio arqueológico que data de la mitad del primer milenio de nuestra era, revivió hoy aquí una polémica sobre los permisos de construcción de tales obras.

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Tecnologías 05 Octubre 2015
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El hecho que sacó a la luz el problema fue una carta de la Dirección de Patrimonio Histórico del Instituto Nacional de Cultura (Inac), la cual alerta a la ministra de Ambiente (MiAmbiente), Mirei Endara, que la central afectará negativamente los recursos naturales investigados en la zona arqueológica.

Sitio Barriles es uno de los más conocidos de la región y se encuentra próximo al Volcán Barú, en la occidental provincia de Chiriquí, donde hay evidencias de que existió una comunidad precolombina que data de mediados del primer milenio de Nuestra Era.

El Inac solicitó declarar como "no viable" la hidroeléctrica, por las afectaciones que podría causar a las innumerables piezas arqueológicas que se conservan en el lugar y otras evidencias que constituyen Patrimonio del país.

La respuesta de MiAmbiente es que ese proyecto está en revisión, como parte de un grupo de centrales hídricas que no han comenzado su funcionamiento o la tramitación de nuevas concesiones y modificaciones a concesiones otorgadas.

En el caso de Barriles, la misiva firmada por el director de Patrimonio Histórico del Inac, Wilhelm Franqueza, aseguró que la obra no cuenta con un plan de mitigación y carece de información del impacto que causaría en la pérdida de información científica para el conocimiento del pasado histórico del país.

"El proyecto, tal como ha sido planteado, impactará esta zona arqueológica afectando negativamente los recursos culturales que no han sido investigados", señala el Inac.

Los representantes de la sociedad anónima Hidroeléctrica Barriles, S.A. se limitaron a decir que el proyecto está "vigente y en orden", publicó el diario La Prensa.

Laura Pedreschi, vocera de los residentes de la zona, explicó a periodistas que se afectará más de una hectárea de bosque secundario avanzado en la construcción de estructuras necesarias para el proyecto, además de siete fincas lecheras, lo que pone en peligro la seguridad alimentaria de la zona.

Desde hace varios años, otra central eléctrica ubicada en Barro Blanco, en la propia provincia, es motivo de polémica por parte de los residentes que rechazan los perjuicios que ocasionan al ambiente y a la cultura, al quedar bajo las aguas petroglifos precolombinos conservados en la zona.

Datos de MiAmbiente precisan que en Chiriquí existen 61 concesiones hidroeléctricas, pero solo 29 están en operación.{jcomments on}