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Categoría: Marisqueo

Berberechos, almejas y mejillones se transmiten un cáncer, similar a la leucemia en humanos, que está provocando una alta mortalidad

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Marisqueo 23 Junio 2016
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Alcalá de Henares, 23 de junio de 2016. La revista científica Nature publica en su número del 30 de junio (ya disponible en la red) un artículo titulado Widespread transmission of independent cancer lineages within multiple bivalve species” (‘Transmisión muy extendida de linajes de células cancerosas en varias especies de bivalvos’) que demuestra que al menos 4 especies de moluscos bivalvos (almejas Mya arenaria, del litoral atlántico norteamericano; mejillones Mytilus trossulus del noroeste de los EE. UU y suroeste de Canadá; berberechos Cerastoderma edule (berberecho común) de varios países europeos, incluyendo Galicia, y almejas Polititapes aureus, de Galicia) se contagian de neoplasia diseminada, un tipo de cáncer similar a la leucemia que padecen los humanos, mediante la transmisión de células cancerosas de individuos enfermos a individuos sanos.

Es la primera vez que se prueba que el fenómeno de la transmisión de células cancerosas entre individuos es algo extendido en el medio marino. También se demuestra por primera vez la transmisión natural de células cancerosas entre individuos de especies diferentes, en el caso de las almejas.
Entre los vertebrados, no obstante, hay dos casos descritos de contagio de cáncer por la transmisión directa de células cancerosas: el demonio de Tasmania, entre los que se transmite un cáncer facial que está poniendo en peligro la supervivencia de la especie, y los perros, que se transmiten en la copulación un tumor venéreo.

El cáncer en los moluscos se contagia cuando las células cancerosas salen del individuo enfermo al agua e individuos vecinos las capturan. ‘Lo normal sería que el sistema inmunológico del receptor destruyera las células cancerosas pero éstas se reproducen, provocando la enfermedad en el individuo receptor’, señala el profesor honorífico investigador del departamento de Ciencias de la Vida de la UAH, Antonio Villalba, que ha llevado a cabo la investigación publicada en Nature en colaboración con María Jesús Carballal, David Iglesias,  grupos de investigación de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, y grupos de investigación de Canadá.

‘Hace tiempo que se conoce la existencia de cánceres semejantes a la leucemia, agrupados con la denominación neoplasia diseminada, en una larga lista de especies de moluscos bivalvos. Pero mientras que en la mayoría de las especies se trata de casos aislados, muy poco frecuentes, en las cuatro especies investigadas estos cánceres afectan a un porcentaje alto de individuos, causando mortalidad alta’, explica Villalba, que se licenció en Biología en la Universidad de Alcalá y ahora trabaja también en el Centro de Investigaciones Marinas de la Consejería del Mar de la Xunta de Galicia.

En todas las especies analizadas (almeja M. arenaria, mejillones M. trossulus , berberechos C. edule y almejas P. aureus) las células cancerosas corresponden a los mismos clones celulares independientes que se transmiten de individuos enfermos a sanos. ‘En los mejillones y en los berberechos los linajes de células cancerosas se originan en las propias especies respectivas pero, de forma inesperada, hemos comprobado que las células cancerosas que proliferan en las almejas P. aureus derivan en todos los casos de otra especie de almeja, Venerupis corrugata, a pesar de que es rarísima la detección de cáncer en esta última especie e incluso no se ha diagnosticado ningún caso de cáncer en las almejas V. corrugata recogidas en el mismo banco marisquero en que un porcentaje alto de almejas P. aureus están afectadas por la neoplasia diseminada’.

Estos hallazgos demuestran que hay transmisión de células cancerosas entre especies diferentes. Una posible hipótesis para responder a por qué una especie de almeja en el que se originó el clon de células cancerosas no padece ahora ese tipo de cáncer es la evolución: ‘las almejas Venerupis corrugata que padecieron ese cáncer y no lo soportaron murieron; las que sobrevivieron se transmitieron la resistencia a la descendencia a lo largo de generaciones y la especie es ahora resistente, por eso no padecen la enfermedad’.

Villalba deja claro que ‘el cáncer de los moluscos bivalvos no se transmite a los consumidores, aunque nos comamos berberechos o almejas que padezcan esta enfermedad, ya que nuestro sistema inmunológico acaba con estas células cancerosas en cuanto entran en nuestros jugos gástricos’.

Igualmente  considera que los estudios llevados a cabo ‘abren nuevas posibilidades para estudiar modelos de investigación para el cáncer transmisible’.