Ecologistas colombianos liberaron hoy en las aguas del Caribe a 350 tortugas, las cuales emprenderán su primer viaje por el mar

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Gente 07 Mayo 2016
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a Lencois Maranhenses Bras a1La labor de conservación liderada por la Universidad Jorge Tadeo comienza con la protección de las nidadas del quelonio, seguido por el traslado de los huevos hasta instalaciones especializadas donde permanecen en tanques con agua en un ambiente controlado, precisó la bióloga Aminta Jáuregui, citada por el periódico.

Según la experta el penúltimo paso de ese proceso es la adaptación final de los neonatos a condiciones de profundidad en los estanques del acuario Mundo Marino para su posterior liberación en las dunas de la región caribeña, en este caso de Santa Marta.

En esta oportunidad la introducción de los tortuguitos (caguamas) en su medio natural fue concebida en dos etapas, 350 este sábado y 100 mañana.

En las costas colombianas anidan seis variedades de ese reptil marino de las siete existentes en el mundo, todas en peligro de extinción debido a la caza indiscriminada, la contaminación y la destrucción de sus hábitats.

tortuga

Entre las viajeras que llegan a territorio nacional para dejar descendencia en la arena sobresalen la carey, caguama, verde,laúd y golfina.

Según Jáuregui las criaturas que iniciarán desde ahora su trayecto por los océanos llevan consigo marcas con el objetivo de que quien las encuentre pueda reportar el hallazgo.

Todas -explicó- tienen un código que las identifica y un correo electrónico al cual podrán comunicarse para informar sobre el avistamiento.

En esta ocasión fue marcado por primera vez un ejemplar juvenil de caguama con un dispositivo satelital, el cual enviará señales para conocer su ruta, comentó la especialista.

En el programa de conservación participan pescadores y otros pobladores, el desafío ahora es sensibilizar a otros actores, subrayó.

Entre las acciones de prioridad Jáuregui mencionó iniciativas de educación ambiental o campañas, las cuales tienen como finalidad que tanto habitantes como visitantes velen por el bienestar de las tortugas.

Pero no sirve si siguen desarrollando exploraciones petroleras en el mar, que pueden tener impacto en las rutas migratorias, si los turistas dejan basura en las playas, si los lugareños continúan con las prácticas de depredación de las tortugas y sus huevos para alimentarse, lamentó.

A las comunidades no podemos decirles no coman carne de tortuga y ya, es preciso generar otras alternativas locales, consideró.