Las tortugas marinas son lentas fuera del agua, pero muy hábiles en el interior de la misma. Pueden navegar miles de kilómetros en el océano y nunca perderán de vista el lugar en el que nacieron, pues son capaces de localizar la posición exacta de un punto concreto gracias a una especie de GPS interno que les permite orientarse durante la navegación,
según La Vanguardia.
Se ubican mediante la interpretación de las pequeñas variaciones en el campo magnético terrestre a medida que se desplazan, logrando su sensibilidad un posicionamiento global sin tener que usar satélite espacial alguno, como lo hacen los GPS.
De hecho, es esta capacidad de saber en cada momento donde están lo que explica que aniden siempre en la misma playa o en alguna muy cercana, que casualmente es el lugar en el que nacieron, según denota un estudiopublicado este mes de abril en la revista científica CurrentBiology.
Concretamente, el trabajo, en el que han participado expertos de la Universidad de Carolina del Norte, revela que las tortugas ponen sus huevos a poco más de 60 kilómetros de donde nacieron, ya que pueden percibir tanto la intensidad del campo magnético como su ángulo de inclinación con respecto a la superficie de la Tierra.
Y es que, en los océanos por los que se desplazan las tortugas, esta intensidad y ángulo de inclinación del campo magnético varían formando una red más o menos análoga a la de la longitud y latitud, con lo que cada punto puede ser determinado por una combinación única de los dos parámetros.
