Se analizan niveles de contaminación en los cruceros altamente perjudiciales para la salud de sus pasajeros

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Portada 25 Enero 2017
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La organización alemana NABU ha realizado mediciones en la cubierta de un crucero que muestran
concentraciones de partículas ultrafinas (PM0,1) hasta 200 veces superior que  los niveles de fondo natural.
Las medidas han sido desveladas a través de un
reportaje en el programa Thalassa de la televisión francesa. Ecologistas
en Acción reclama una regulación fuerte y obligatoria sobre el sector para
limitar sus impactos.

NABU (Nature and
Biodiversity Union), la mayor organización ambientalista de Alemania, lleva hace
años denunciando los daños que provocan las emisiones contaminantes de los
cruceros sobre la salud humana y el medio ambiente. Son naves que utilizan
un fuel oil pesado 100 veces más tóxico que el diésel que utilizan
automóviles y camiones, ya que contiene hasta 3.500 veces más de contenido de
azufre. Un combustible que está prohibido en tierra, donde es considerado un
residuo peligroso que exige un tratamiento altamente
costoso.

Las investigaciones de NABU
han llegado a la opinión pública a través de las campañas que la organización
realiza en varios puertos europeos. En ciudades como Venecia, Hamburgo, Marsella
Barcelona se realizaron mediciones en las mismas terminales de
cruceros y mostraron niveles alarmantes
 de
partículas ultrafinas, uno de los contaminantes más perjudiciales para la
salud.

El último descubrimiento lo
ha desvelado 
un reportaje del conocido programa Thalassa de la
televisión francesa, con quienes NABU ha podido documentar las concentraciones
en la cubierta de un crucero, que pueden ascender hasta 200 veces los niveles de
fondo natural. Según Daniel Rieger, responsable de política de transporte de
NABU: "Las navieras exponen a sus pasajeros a cargas de contaminantes altamente
nocivas para la salud. A pesar de los datos que estamos encontrando, la
industria de cruceros se niega a utilizar combustibles más limpios e
instalar sistemas de filtros que desde hace años se utilizan en las industrias
en tierra”. Rieger añade: "Los resultados encontrados no nos han sorprendido,
solo que hasta ahora no se nos había permitido verificar la contaminación a
bordo, que directamente están respirando los pasajeros. La industria responde
con buenas intenciones que se han demostrado del todo insuficientes. Un ejemplo
de ello es AIDA Cruises, que se comprometió a instalar filtros de partículas en
sus naves en 2014 y hasta la fecha no ha instalado ni uno
solo". 

Ecologistas en Acción
trabaja con NABU y otras organizaciones europeas para reclamar una regulación
estricta y obligatoria que limite los fuertes impactos socioambientales de esta
industria. En el caso del Mediterráneo exigen que se establezca una Área de
Control de Emisiones de Azufre (SECA, por sus siglas en inglés) que limite la
entrada de cruceros altamente contaminantes como existe en el norte de Europa
(Mar Báltico, Mar del Norte y Canal de la Mancha).

En el Estado español el sector de cruceros crece de
forma acelerada por las políticas de turismo sin control, especialmente en
Barcelona, las Islas Baleares, Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de
Tenerife. Barcelona se ha convertido en el primer puerto de cruceros de Europa y
el cuarto a nivel mundial en pocos años, mientras crece la contestación social
sobre este tipo de turismo masivo. Para María García, de Ecologistes en Acció,
"es necesario informar a los cruceristas del riesgo sobre su salud y es urgente
que las autoridades determinen los niveles a los que está expuesta la población
que vive en los barrios cercanos a las terminales, especialmente en los
distritos de Sants-Monjuïc y Ciutat Vella; así como los trabajadores del
Puerto". Según García, "las partículas ultrafinas menores de 0.1 µm no se ven y
son altamente tóxicas. Dado su tamaño pueden llegar a la corriente sanguínea,
provocando graves enfermedades cardiovasculares y varios tipos de
cáncer".

Ecologistas en Acción se
movilizará junto a numerosas organizaciones y colectivos a la ocupación popular
de las Ramblas de Barcelona prevista el 28 de enero a las 11:00. El lema de la
manifestación será '
Barcelona
no está en venta
'
 y pretende
denunciar, entre otros temas, la contaminación de los cruceros, la falta
de regulación de los aspectos económicos, fiscales, sociales y ambientales de
este sector y reclamar que se limite el número y tamaño de cruceros según la
capacidad de carga de la ciudad.